De la serie mitos africanos.
Cada mito es una fuente de inspiración
para la pintura, la música o la literatura , este mito especificamente reúne una
historia que incluye el sonido de un tambor sagrado.
Las imagenes son de Belkis Ayon e
incluimos un texto de Carpentier.
El mito de Sikán .
Nos cuenta el mestre Ramon Torres Zayas que esta
cultura no tiene un mito cosmogónico pero tiene como base
una leyenda que narra la historia de la princesa Sikán. En el mito ella escucha la misteriosa voz de Tanze, de la
boca de um pez que es la encarnación de un Dios , y esa voz se convierte en el sonido esencial del tambor sagrado.
Como em todos los mitos antiguos existen
muchas versiones y muchas variantes ,vamos
a destacar la de Alejo Carpentier y la del próprio Ramon Torres Zayas que es um
sacerdote de Abakuá.
Carpentier.
“Y he aquí
que Sicanecua, negra linda, esposa del hechicero, se dirige al río Yecanebión,
llevando su cántaro al hombro. . . Y Sicanecua cantaba la canción de las siete
cebras que comieron siete hebras y siete lirios, cuando observó que algo
bramaba, entre los juncos, como un buey. ¿Buey enano, duende buey? Y Sicanecua
atrapa el prodigioso ser-instrumento, y lo encierra en su cántaro amasado con
barro de calveros. Era un pez roncador como nunca se viera otro en la comarca.
La mujer corre a mostrar el hallazgo a su marido-nazacó [...] Con la piel del
pez roncador se construye el primer Écue-llamador. Y como ninguna hembra es
capaz de guardar secretos, los tres Obones y el Nazacó degüellan a Sicanecua, y
la entierran, con danzas y cantos, bajo el tronco de la palma. (Carpentier,
2012: 203-205)”.
Nos cuenta Ramon Torres Zayas:
“De la
formación de la primera entidad en Bekura Mendó, tierra de Usagaré, en el Viejo
Calabar, cuando se disputaban el territorio los efí y efó. El poderoso
hechicero, Nasakó, había predicho que el pez Tanze, reencarnación del viejo
obón Karabalío Okambo, a su vez reencarnación de Abasí (Dios) se le iba a
manifestar a un humano. Cierto día Sikán, hija de Mokuire, patriarca efó, fue
al río Oddán y cambió su casimba (una jícara, cazuela o tinaja) que dejaba
siempre desde el día anterior en la caída de agua para que se llenara y
abastecer así a su familia. Resulta que Tanze se introdujo en la tinaja y
cuando ella iba de regreso, bramó sobre su cabeza, jurándola como primera obón
obonékue. Ella, aterrorizada, se lo contó al padre, este consultó al hechicero
Nasakó y la confinaron en una cueva. Pero el pez murió dentro del güiro y se
precisó de un conjunto de ceremonias para revivir la Voz divina. De cualquier
modo, hubo que sacrificar a Sikán, pues se creía que con su piel podría hacerse
algo, ya que ni con la de Tanze, ni jutía, ni carnero, nada, resolvía. Tampoco
la de ella sirvió, hasta que la "brujería" de Nasakó le dijo que el
cuero del chivo de Iyamba supliría. En fin, que fue así como se logró conseguir
reproducir el Sonido .
Eso, a
grandes rasgos, es lo que dice el "tratado" de Manán Tereoró, Efó,
porque hay muchos otros que difieren poca cosa, pero son diferentes, por
ejemplo, para los efí, Sikán no es hija de Mokongo, sino su mujer, porque según
estos, Mokongo era Efí, hijo de Efiméremo, el primer Iyamba de ellos. En una
versión (efó) ella fue sacrificada antes de que se descubriera que la piel del
chivo era efectiva; en otra (efí) por decirle a su marido que ella había
descubierto el Secreto que tenían los efó, es decir, por profanación.
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